En el año 1931 se celebró en Florencia Italia una convención de ecologistas, los cuales preocupados por la reducción de especies en todo el mundo y el maltrato generado por parte de los humanos a los animales, decidieron tomar la iniciativa de celebrar el 4 de Octubre, la misma fecha que se celebra la fiesta de San Francisco de Asís (Patrono de los animales), como día mundial de los animales. A partir del 4 de octubre de 2003, organizaciones inglesas defensoras de los animales decidieron organizar un evento anual y desde entonces el número de eventos para conmemorar esta fecha ha ido abarcando varios países del mundo.
El objetivo de esta fecha es recordar la importancia de otras especies animales con quienes compartimos el planeta, muchas de las cuales son víctimas de la crueldad ejercida por el hombre. Además es una fecha para conmemorar la vida animal en cualquiera de sus formas, y para reflexionar sobre nuestro origen y existencia como primates, así como la responsabilidad que nos asiste para el respeto, cuidado, conservación y estudio de estas maravillosas especies, eslabón esencial para nuestra supervivencia y la de todo el planeta.
Una característica importante que diferencia al hombre de los demás animales (aunque evolutivamente compartimos y conservamos rasgos hereditarios y fenotípicos) es que podemos razonar, y es precisamente esta cualidad la que nos permite ser más humildes, pues no somos superiores ni únicos en el universo. Hacemos parte de la trama de la vida, viajamos por el espacio compartiendo nuestro hogar con millones de especies de plantas y animales en un delicado equilibrio y complejas relaciones, que en esencia definen nuestra biosfera. Cada especie animal cumple una función ecológica fundamental, y su desaparición ocasiona grandes pérdidas para nosotros y para nuestras generaciones venideras.
Protejamos nuestro entorno natural, conservemos las especies animales en todas sus manifestaciones, celebremos este día, pues se trata ni más ni menos de asegurar nuestra existencia.