La procrastinación no es un defecto del carácter o una maldición misteriosa que ha caído en tu habilidad para administrar el tiempo, sino una manera de enfrentar las emociones desafiantes y estados de ánimo negativos generados por ciertas tareas: aburrimiento, ansiedad, inseguridad, frustración, resentimiento y más.
Aplazar las tareas puede generar problemas a futuro y un intenso malestar emocional. Esta acción de postergar actividades y situaciones deliberadamente, a pesar de tener la oportunidad de llevarlas a cabo, puede afectar tu productividad y la de tu área de trabajo.
Cuando posponemos tareas y dejamos las cosas para después se genera un círculo vicioso entre ansiedad, inquietud, abatimiento y culpa. Además, cuando está acción se vuelve una vivencia crónica, puede afectar tu estado de salud, ocasionando problemas gastrointestinales y problemas relacionados con el sistema inmune.
A continuación, te damos algunos tips para dejar de procrastinar:
1. Obsérvate e identifica cómo procrastinas. Reconocer cuál es tu patrón, las excusas que usas para postergar, qué otras tareas realizas, cómo te sientes, qué te distrae, y así podrás trabajar de manera concreta con el comportamiento a trabajar.
2. Aclara tus prioridades. Anota en una lista cuáles actividades o tareas son más importantes, así cuando las fechas de entrega o cronogramas cambien y así podrás tener tus trabajos más organizados y adelantados.
3. Conecta el trabajo con los objetivos. La mejor manera de dejar este hábito es entendiendo con claridad cómo puedes contribuir con tu trabajo a los objetivos de la entidad y/o tu grupo de trabajo.
4. Comienza con un paso: El miedo a comenzar una tarea o cumplir una responsabilidad puede ser de las ocasiones más frecuentes te hace procrastinar, pero con esta acción de comenzar con un paso puedes dedicar al menos 10 minutos de tu tiempo para empezar con determinación esa tarea específica.
5. Establece fechas de entrega. Si no sabes cuándo hay que entregar los trabajos o proyectos, anota las fechas de entrega y así se te hace más fácil entender exactamente para cuándo deben finalizar las actividades.
6. Genera una rutina. Cuando se trata de realizar actividades y habituarnos a cumplirlas a tiempo, establece unas rutinas que pueden ser una de las técnicas más efectivas para dejar de procrastinar.
Debemos darnos cuenta de que, en esencia, la procrastinación es un asunto de emociones, no de productividad. La solución no involucra descargar una aplicación de gestión de tiempo o aprender nuevas estrategias de autocontrol. Tiene que ver con manejar nuestras emociones de una manera diferente. Es por ello que la solución debe ser interna, y no dependiente de cualquier cosa excepto nosotros mismos.